LASAVIA DE ABEDUL
Bebida preventiva, natural y ecológica, recolectada a 1600 m en el Parque Natural, Reserva de la Biosfera de las Ubiñas/La Mesa, Asturias.
Bebida preventiva, natural y ecológica, recolectada a 1600 m en el Parque Natural, Reserva de la Biosfera de las Ubiñas/La Mesa, Asturias.
Desde tiempos remotos se le ha atribuido propiedades terapéuticas. En el siglo XVI, Mattioli afirmaba que: “el abedul tiene grandes propiedades y la virtud de romper las piedrecillas, tanto de los riñones como de la vejiga”, además “elimina las manchas del rostro y devuelve la piel y la tez bellas”.
En Alemania, se ha tomado durante siglos de forma tradicional savia de este árbol en ayunas por primavera, como tratamiento natural alternativo específico contra el mal de piedra, la gota o la tisis. Numerosos autores, le han atribuido innegables propiedades depurativas y diuréticas, útiles para los pacientes afectados de reumatismo crónico, gota, litiasis urinaria o dermatosis.
Leclerc, la propone como remedio fundamental para el tratamiento de la celulitis. Para algunos, el uso tópico sería útil en el tratamiento de heridas y directamente en la calvicie precoz, caspa grasa o para tener un cabello sedoso y brillante. También puede utilizarse en caso de gingivitis y para proteger, fortalecer y limpiar las piezas dentales.
Se han realizado numerosos estudios sobre las cualidades y composición de la savia de abedul, determinando altos contenidos en polifenoles de alta capacidad antioxidante. Tal es así que la industria cosmética emplea la savia de abedul como uno de sus ingredientes en la formulación de sus productos, por aportar esas propiedades antioxidantes que requiere el cuidado de la piel.
De conformidad la Agencia Española AESAN y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA, gracias a la presencia significativa de manganeso (uno de los minerales esenciales para el hombre y los animales) el consumo moderado de savia de abedul puede ser beneficioso para nuestra salud. Tomar savia de abedul contribuirá al metabolismo energético normal, al mantenimiento de los huesos en condiciones normales, a la formación normal del tejido conectivo y a la protección de las células frente al daño oxidativo.
Como otros muchos vegetales la savia tiene taninos.Si bien hay personas que generan rechazo a estos compuestos, porque su organismo no los asimila o no los tolera, otras se benefician de sus propiedades. Según investigaciones como la Gomes de Melo realizada en 2010, los taninos tienen una alta capacidad antioxidante, pudiendo contribuir a la reducción del estrés oxidativo, prevención del envejecimiento celular, así como un factor antiproliferativo, reductor o con capacidad de cesar la multiplicación de células cancerígenas.
Otro de los componentes son las Saponinas, fitonutriente no esencial cada vez más utilizado por empresas farmacéuticas en Estados Unidos y Alemania para la producción de medicamentos quimioterapéuticos para tratar el cáncer, reducir el colesterol o reforzar el sistema inmune.
La savia de abedul tiene un bajo índice glucémico, debido a los pocos azúcares naturales presentes (fructosa, glucosa y pequeñas cantidades de sacarosa), siendo por ello una bebida apta para diabéticos. Cuenta además con pequeñas cantidades de vitaminas B6, B12 y C que si bien no son significativas en las dosis recomendadas, sin pueden contribuir a alcanzar la cantidad recomendada junto con otros alimentos de una dieta saludable.
De forma tradicional en los países nórdicos y bálticos se ha empleado como tónico, para el tratamiento de los cálculos renales y para disolver la arenilla de los riñones.
La savia de abedul se ha empleado, también de forma tradicional, para solucionar problemas de retención de bilis y para la activación del hígado, dos causas frecuentes en la insuficiencia hepática o en el cólico hepático.
Por último, describen la savia de abedul como capaz de favorecer la salida de la bilis por los canales biliares hacia el intestino. La falta de fluido a través de estos canales, además de ser responsable del desarrollo de cálculos biliares en estos canales, es una de las principales causas de la aparición de la ictericia posthepática o coloración amarillenta de la piel y del blanco de los ojos.
El tratamiento habitual seguido de forma tradicional para solucionar este tipo de problemas con savia de abedul es tomar aproximadamente 150 ml diarios durante 21 días, en cada cambio de estación, que conocemos como “la cura de la savia de abedul“.
Dos perfiles surgen entre aquellos que deciden realizar esta cura, explica Patricia Mingotaud.
Por un lado, aquellos que tienen necesidades reales después de un invierno que les ha dejado toxinas y defensas bajas debido a infecciones y a la toma de antibióticos. En estos casos, los efectos podrían ser visibles con bastante rapidez mediante una percepción de mayor energía. Por otro lado, aquellos que sufren dolencias que se originan en aquellos organos por dónde pasa LASAVIA al beberla con la finalidad de drenarlos y evitar esas dolencias.
Gracias a la cura, la savia tiene una acción de prevención y apoyo del sistema inmune. Se ha utilizado para este propósito durante años en Canadá y Filandia, Suecia o los países Bálticos y del Este de Europa.
Usada tradicionalmente para reducir la posibilidad de infección, sepsis o putrefacción.
Usada tradicionalmente para Reducir o alivian dolores.
Usada tradicionalmente para reducir la fiebre y la inflamación y alivian el dolor.
Usada tradicionalmente contra la fiebre.
Usada tradicionalmente para expulsar aquellas moléculas o sustancias que resulten dañinas.
Usada tradicionalmente para favorecer y acelerar los procesos de cicatrización natural.
Usada tradicionalmente para ayudar al cuerpo a eliminar el líquido y la sal sobrante.
Usada tradicionalmente para ayudar al cuerpo a eliminar el líquido y la sal sobrante.